Las casas se basan en excavaciones de Durrington Walls, un asentamiento cercano situado a una milla de Stonehenge. Los arqueólogos descubrieron restos de viviendas bien construidas que datan de alrededor del 2500 a.C., que es la misma época en que se levantaron los enormes sarsenes. No se trataba de refugios improvisados, sino de viviendas comunitarias en las que se vivía en directo.
El Patrimonio Inglés trabajó con el Centro de Tecnología Antigua y 60 voluntarios para construir cinco de estas casas utilizando métodos y materiales auténticos: más de 20 toneladas de tiza, 5.000 varas de avellano y tres toneladas de paja de trigo. ¿El resultado? Interiores luminosos y acogedores con suelos cubiertos de tiza, hogares para cocinar y calentar, e ingeniosos tejados de paja que dejan salir el humo de forma natural. Es sencillo, pero eficaz y una lección temprana de vida sostenible.