- Eliminación de piedras: Los aldeanos locales retiraron piedras para construir, debilitando la estructura del monumento y alterando las alineaciones mucho antes de que Stonehenge obtuviera protección legal.
- Grabado de graffiti: Los visitantes grabaron iniciales y mensajes en las piedras durante los siglos XVIII y XIX, dejando cicatrices que siguen siendo visibles bajo la moderna iluminación de conservación.
- Astillado de souvenirs: Con frecuencia, los visitantes arrancaban pequeños fragmentos de piedra para guardarlos como souvenir, lo que erosionaba constantemente los detalles de la superficie y contribuía a la erosión a largo plazo.
- Impacto agrícola: Las explotaciones agrícolas cercanas al lugar alteraron los movimientos de tierra y dañaron las capas arqueológicas, destruyendo artefactos enterrados que podrían haber explicado el propósito original de la construcción de Stonehenge.
- Acceso no regulado: Hasta el siglo XX, el acceso público sin restricciones significaba que las multitudes trepaban, se apoyaban e incluso hacían picnic en las piedras, lo que aceleraba la erosión de la superficie y la inestabilidad estructural.